Los lentes vendrán no se podrán conectar por USB ya que el puerto estará totalmente destrozado para evitar que los usuarios descarguen nada y parece que también tienen componentes internos extraños. Google dice que ofrece este servicio para que los interesados no compren a ciegas pero, al fin y al cabo, sólo van a poder ver si el diseño les gusta o no.
Aún así, si hay algún interesado, Google pide 50 euros de fianza que les serán devueltos cuando se entreguen las gafas, unos diez días después de recibirlas. Teniendo en cuenta que el dispositivo en sí vale 1500 dólares, siempre será mejor que el usuario pueda comprobar que le queda bien con la ropa que lleva habitualmente y que no les hacen heridas en nariz u orejas.
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