Atardecer


Observa la belleza, de la naturaleza, que deslumbra mi vista en todo su esplendor, desde mi ventana. Limite que me separa, de aquel color sublime y al mismo tiempo intenso, tan cerca de mi y al mismo tiempo tan lejos.
 Vedme aquí, tras las rejas, suplicando un toque de la acuarela, en reposo y espera, por la noche en vela, anunciando su llegada apaciguadamente. Desapareces, en tachón borroso, poco a poco, como la llama de la vela, que enciende la mujer que ama, cada noche, alumbrando la oscuridad que se esconde tras el color de los inquebrantables rayos del sol. Ya desearía yo, ser nube o viento, ya sea tan solo un soplo de aliento, para así al menos por un instante, ser parte de aquel color, digno de magnificencia, magia iridiscente, tan cerca y tan lejos, de mi humilde morada, de la cual le observo, con mi mirada desesperada, deseando poder fundirme en aquel toque de perfección.
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