Al filo del precipicio,
Te encuentras,
En las manos de la bruja,
Tersas y dominantes,
Como una ilusoria prisión.
Y en sus dedos te sostiene,
Como las ramas de un árbol,
Llevadas por la brisa,
Domadas por el mar.
Bajo el hechizo de la luna,
A través de sus uñas,
Que te engatusan y te enredan,
Como garras de la gata,
En la voz leve del susurro,
Que domina tu mente,
Que aplaca tu ser.
As
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