Como muchos saben, un ingeniero civil es aquel profesional que se encarga de diseñar la estructura de las obras, ya sean casas, edificios, esculturas, puentes...
Un día un ingeniero llegando a su oficina, se encontró con un arquitecto, quien todo exaltado y de animo entusiasta, le planteó la idea de realizar un puente. Adornado en extravagancia y con acabados alucinantes, el arquitecto planeaba unir dos ciudades que desde decenas de años se encontraban separadas gracias a un profundo río. Para los ciudadanos poder llegar de una a otra, debían dar una gran vuelta y cruzar la cordillera, lo cual tardaba mas de una semana. El ingeniero coincidió con el arquitecto en cuanto a que era una gran necesidad dicho puente, mas no estaba seguro de si se podría dar una buena resistencia y durabilidad al puente si se le agregaban todos los efectos vistosos, no solo por el presupuesto sino por la inestabilidad que estos producirían. El ingeniero planteo la situación al arquitecto, mas este insistió en que nada ocurriría y que era mucho mas importante la apariencia del puente. Aunque el ingeniero por momentos vacilo, termino por aceptar y dieron inicio a la obra en unas semanas. Meses después, la obra estuvo lista y fue inaugurada de inmediato. Todos quedaron encantados con la belleza del puente y mas aun fue la alegría de poder tener una mayor facilidad de cercanía entre unos y otros que este aportaba. Satisfechos y airosos, decidieron ir a celebrar por su dichoso logro y optaron por ir a un bar a brindar.Todo transcurría bien cuando de pronto le subieron a las noticias. Parecía ser que un nuevo puente, creado para unir dos ciudades había colapsado por no tener resistencia para sostener los pesos de los vehículos ni la constancia de los autos circulando. De inmediato se dieron cuenta que hablaban de ellos, aunque poco mas tarde se aclaro en la noticia quienes habían elaborado el puente. La empresa quedo acongojada por la situación y dicho hecho trajo consigo grandes problemáticas legales, incluyendo el despido del ingeniero civil, y con su renombre marcado por la catástrofe ocasionada, un muy bajo numero de empleos con bajo presupuesto y multas por doquier.
Pero, si el ingeniero fuese optado por lo correcto, la historia habría sido algo diferente...
Un día un ingeniero llegando a su oficina, se encontró con un arquitecto (...) Este tenía planeado unir dos ciudades que por muchos años habían estado separadas por un gran río y, que para poder encontrarse debían cruzar una larga cordillera. El ingeniero escucho la idea plasmada por el arquitecto, con quien estaba de acuerdo en la necesidad de un puente, pero le aclaro que para que este puente se mantuviese firme y resistente, debía tener una base solida, vigas gruesas y disminuir el exceso de peso innecesario. Aunque el arquitecto insistió en que la apariencia era mas importante, el ingeniero le refuto su punto de vista y le mostró la verdadera situación. Aunque desanimado, el arquitecto acepto y acordaron crear un puente que tuviese acabados llamativos pero sin exageras y, que cumpliera con los parámetros de seguridad necesarios. A los meses acabaron y se inauguro. La gente estaba regocijada de alegria por poder llegar en pocos minutos al otro lado del río. El entusiasmo fue el mismo, pero este fue duradero y perduro en la historia de la ciudad.
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