Existen esos días, en que la vida hace que la ilusión se apague, e incluso el fuego mas vivo se ahogue en cenizas de su propia llama. Uno de esos días, en que parece improbable el aliento y el aire del viento trae remordimiento al momento. Uno de esos días, de esos que hay pocos, en que no importa cuanto intentes no se puede mas. Y que no es necesario otro pesar, una seña o un espejo para saber que has caído
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