Hermosura, aquella magia que envuelve el misterio de los primeros días.
Primeros días de un amor
Primeros días de nacer
Primeros días en la universidad
Primeros días en tu nueva ciudad
Hay un algo en aquella emoción impetuosa y sin nombre, que nos invade y nos llena de la vitamina del alma, la felicidad.
Porque no convertir cada día en un primer día. Hacer de cada día una gran oportunidad. Un comienzo, no un final.
Así, mantendremos la alegría de nuestro corazón latente. Y se esparcirá hasta cubrir toda nuestra alma.
Cada día se renovará y jamás seremos invadidos por el anhelo de los primeros días que quedaron atrás.
De este modo, siempre será una nueva gran aventura,
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